Canon de pozos: qué es, cómo se usa y por qué importa en Argentina

El canon de pozos, una tarifa que se paga por extraer agua subterránea en Argentina no es un impuesto cualquiera. Es el precio que debes pagar si quieres usar el agua que hay debajo de tu terreno, ya sea para regar un campo, abastecer una fábrica o llenar una pileta. Aunque suene simple, este concepto tiene un peso enorme en la economía rural, la industria y hasta en los barrios que dependen de pozos particulares. En muchos lugares del país, el agua subterránea es la única fuente confiable, pero no es gratuita ni ilimitada. El gobierno la regula porque, sin control, se agota rápido.

El canon de pozos se aplica principalmente en provincias como Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero y Mendoza, donde la sequía y la sobreexplotación han hecho que el agua se vuelva un recurso estratégico. Quienes extraen más de un cierto volumen al año —generalmente más de 10.000 litros diarios— deben registrarse y pagar una tarifa. Pero no es solo cuestión de dinero. También hay que cumplir con normas de profundidad, distancia de fuentes de contaminación, y presentar estudios de impacto. Si no lo haces, puedes recibir multas, cerrar tu pozo o incluso enfrentar acciones legales. Lo que muchos no saben es que este canon también financia proyectos de saneamiento y conservación de acuíferos. Es decir: lo que pagás, en parte, vuelve al sistema para que otros también puedan usarlo sin que se seque todo.

El recurso hídrico en Argentina no es igual en todas partes. En el norte, los pozos son vitales para la agricultura familiar. En el sur, empresas agrícolas grandes los usan para riego intensivo. Y en las ciudades, muchos vecinos dependen de ellos porque la red pública no llega o es inestable. Por eso, el marco normativo varía de provincia a provincia. Algunas cobran por metro cúbico extraído, otras por potencia de la bomba, y otras incluso por la profundidad del pozo. No hay una regla única, pero sí una realidad común: el agua subterránea ya no es un derecho absoluto. Es un recurso gestionado, y quien lo usa, tiene responsabilidades.

Si estás pensando en instalar un pozo, o ya tenés uno, lo primero que debes hacer es preguntar en la autoridad provincial de recursos hídricos. No te asustes por el canon: si lo pagás bien, evitás problemas mayores. Si lo ignorás, podés terminar con multas, cierres o incluso perder el derecho a usar el agua. Y si sos productor, empresario o simplemente alguien que quiere tener agua en casa sin depender de camiones cisterna, entender este sistema no es un trámite: es una inversión en seguridad y sostenibilidad.

Lo que encontrarás en las publicaciones de abajo son casos reales: cómo lo aplican en distintas regiones, qué pasa si no lo pagás, cómo afecta a los pequeños productores, y qué alternativas existen para reducir la dependencia de los pozos. No son teorías. Son historias de gente que ya pasó por esto y decidió actuar.