Piscinas: construcción y mantenimiento en casas para disfrutar todo el año

Construir una piscina en casa no es solo un lujo, es una decisión que cambia la forma en que vives tu espacio. En Mendoza, donde los veranos son calurosos y secos, una piscina bien hecha se convierte en el corazón del hogar. Pero muchos no saben que el costo no termina cuando el agua se llena. El mantenimiento mal hecho puede convertir tu sueño en una pesadilla de algas, filtraciones y cuentas altas. Aquí te explico cómo hacerlo bien, desde el primer metro cúbico de hormigón hasta el último ajuste del pH.

Planificar antes de cavar

No todas las piscinas son iguales. En Mendoza, el terreno suele ser rocoso y con alta salinidad en el agua subterránea. Si no lo tienes en cuenta, puedes tener filtraciones en menos de un año. Antes de elegir forma o color, define el tipo: de hormigón, liner o fibra de vidrio. Cada uno tiene ventajas claras.

• Hormigón armado: es el más duradero, se adapta a cualquier forma y soporta bien los cambios de temperatura. Ideal si quieres un diseño único, pero cuesta un 30% más que los otros y tarda 8-12 semanas en terminarse.
• Liner (forro de vinilo): es la opción más económica. Se instala en 2-3 semanas y se renueva cada 8-12 años. Pero se rasga con raíces de árboles cercanos o con objetos afilados. No lo recomiendo si tienes pinos o eucaliptos cerca.
• Fibra de vidrio: viene prefabricada, se instala en 5 días y su superficie es suave como la seda. No necesita revestimiento, pero solo viene en formas predefinidas. Si buscas algo redondo o en forma de lágrima, esta es tu mejor opción.

La ubicación también cuenta. Evita colocarla bajo árboles grandes. Las hojas caen, obstruyen las skimmers y generan más trabajo. Una piscina al sol del mediodía se calienta rápido, pero si está en sombra todo el día, necesitarás calentador. En Mendoza, el mejor lugar es al sur o al oeste de la casa, donde recibe sol de 11 a 17 horas.

La construcción: lo que nadie te dice

La mayoría de los contratistas te prometen un precio fijo, pero luego aparecen costos ocultos. ¿Sabías que el drenaje del terreno puede costar hasta $1.200.000 ARS más de lo estimado? Si el suelo no drena bien, el agua de la piscina puede empujar las paredes hacia adentro. Por eso, antes de verter el hormigón, se debe hacer una prueba de permeabilidad y colocar una capa de grava de al menos 20 cm de espesor debajo de la estructura.

La armadura de acero también es clave. Muchos usan varillas de 6 mm para piscinas pequeñas, pero eso es insuficiente. Para una piscina de 6x3 metros, necesitas varillas de 8 mm con una separación máxima de 20 cm. Si no lo ves en el plano, pide ver el detalle estructural. Un buen constructor te lo muestra sin pedírtelo.

La impermeabilización no es opcional. Usa membranas de poliuretano o geotextil con resina epoxi. No confíes en los selladores de bote que venden en ferreterías. Son para goteras, no para piscinas. La capa de impermeabilización debe tener al menos 2 mm de espesor y cubrir toda la base y las paredes hasta 30 cm por encima del nivel del agua.

Equipamiento: lo que realmente importa

El filtro es el corazón de tu piscina. No compres el más barato. Un filtro de arena de 1.5 metros cúbicos es suficiente para una piscina de hasta 40.000 litros. Si tu piscina es más grande, necesitas uno de 2 metros cúbicos. Los filtros de cartucho son más fáciles de limpiar, pero se tapan rápido si hay mucho polvo. En Mendoza, donde el viento trae tierra desde el desierto, el de arena es más confiable.

La bomba debe tener una potencia adecuada. Una bomba de 1 CV mueve 12.000 litros por hora. Si tu piscina tiene 50.000 litros, necesitas que toda el agua pase por el filtro al menos dos veces al día. Eso significa una bomba de al menos 1.5 CV. No uses bombas de segunda mano. Su eficiencia cae un 40% después de 3 años.

El sistema de cloración salina es hoy la mejor opción. No necesitas comprar cloro cada semana. Solo agregas sal (3.000-4.000 ppm) una vez al año y la máquina la convierte en cloro natural. Es más suave para la piel, no huele, y reduce el gasto de productos químicos en un 60%. Pero requiere un control de pH constante. Si el pH sube de 7.8, el cloro deja de funcionar. Por eso, una sonda digital de pH y ORP es imprescindible. Cuesta unos $80.000 ARS, pero te ahorra horas de prueba manual y errores.

Mantenimiento semanal: la rutina que evita problemas

Una piscina bien mantenida no requiere horas de trabajo. Solo 30 minutos por semana. Aquí está lo que debes hacer:

1. Limpiar la superficie: usa una red para sacar hojas y polen. Hazlo cada 2 días. Si dejas acumular, se descomponen y bajan el pH.
2. Aspirar el fondo: hazlo una vez por semana. Usa una aspiradora manual o automática. Si el fondo se ve gris o con manchas, es señal de algas. No esperes a que se vuelvan verdes.
3. Revisar el filtro: limpia las paredes del filtro con agua a presión cada 3 semanas. Si el caudal baja, es hora de cambiar la arena. La arena dura 5-7 años.
4. Medir el pH y el cloro: usa tiras reactivas o un medidor digital. El pH ideal está entre 7.2 y 7.6. El cloro libre debe estar entre 1 y 3 ppm. Si está por debajo de 0.5, agregas cloro. Si está por encima de 5, esperas 24 horas antes de nadar.
5. Comprobar el nivel de agua: si baja más de 2 cm por semana, puede haber fuga. Llena con agua de red, nunca con agua de camión cisterna, que puede tener minerales que manchan.

En verano, el cloro se evapora más rápido. Si hace mucho sol, aumenta la dosis en un 20%. Si llueve mucho, baja el pH y aumenta el cloro. La lluvia diluye los químicos y trae contaminantes.

Problemas comunes y cómo solucionarlos

¿Tu piscina se pone verde? No es el cloro que falta, es el pH que está alto. Cuando el pH sube, el cloro pierde eficacia. Baja el pH con ácido muriático (clorhídrico) en gotas. Nunca lo agregues directo al agua. Dilúyelo en un balde y viértelo cerca de la salida de retorno.

¿Tienes manchas blancas en las paredes? Son depósitos de calcio. Sucede cuando el agua es dura. Usa un desincrustante de pH bajo (entre 6.5 y 7.0) y un cepillo suave. No uses ácido muriático puro en paredes de azulejo. Se las come.

¿El agua huele a cloro? Eso no es cloro, es cloraminas. Son residuos de sudor, orina y aceites que no se eliminan. Haces una cloración de choque: subes el cloro a 10 ppm y dejas la bomba corriendo 24 horas. Luego, esperas 8 horas antes de nadar. Es la única forma de eliminarlo.

¿Se forman burbujas en la superficie? Es aire entrando por la bomba. Revisa las juntas de las mangueras. Si hay una grieta, el aire entra y la bomba pierde potencia. Apaga, desenrosca, y pon grasa de silicona en las juntas. No uses cinta Teflón. No sirve para presión constante.

Qué hacer en invierno

No, no necesitas vaciar la piscina en invierno. En Mendoza, las temperaturas rara vez bajan de 0°C, y si lo haces, el agua congelada puede agrietar las paredes. Lo que sí debes hacer es:

• Reducir el tiempo de filtración a 4 horas diarias.
• Bajar el nivel del agua 10 cm para que la nieve no dañe el borde.
• Usar una cubierta térmica. No es solo para calentar. Evita que el polvo y las hojas entren, y reduce la evaporación.
• Revisar el pH cada 15 días. Aunque no nades, los químicos se desgastan.

Si la piscina va a estar sin usar más de 3 meses, puedes usar un producto de winterización. Es un tratamiento químico que previene algas y hongos. Cuesta unos $40.000 ARS y lo aplicas una vez. No es necesario, pero te ahorra trabajo en primavera.

¿Vale la pena? El retorno de la inversión

Una piscina de hormigón bien hecha cuesta entre $12.000.000 y $18.000.000 ARS. Parece mucho, pero si la usas 4 meses al año, cada día de uso te sale menos de $10.000 ARS. Y eso sin contar el valor de la experiencia: los almuerzos con amigos, los días de descanso, los niños jugando.

Además, una piscina bien mantenida aumenta el valor de tu casa hasta un 15% en el mercado local. En barrios como Las Heras o Godoy Cruz, las propiedades con piscina se venden más rápido y a mejor precio. No es un gasto, es una mejora inteligente.

Lo que sí no vale la pena es hacerlo mal. Una piscina mal construida o mal mantenida se convierte en un agujero de dinero. Pero si lo haces con cuidado, con los productos correctos y con una rutina simple, te va a acompañar por más de 20 años. Y cada verano, cuando te sumerjas en el agua limpia, sabrás que valió cada paso.