La riqueza nacional, el valor total de los bienes, servicios y activos que un país produce y posee. También conocida como patrimonio económico, es más que un número en un informe del Banco Mundial: es lo que sostiene los salarios, las empresas y hasta tu capacidad para comprar un kilo de carne sin pensar dos veces. En Argentina, este concepto se vuelve complicado. El país supera el umbral de ingresos altos según el Banco Mundial, pero eso no significa que la gente viva con seguridad ni que el dinero se distribuya bien. La riqueza nacional no es solo lo que se produce, sino quién lo tiene y cómo se mantiene.
La mayor parte de la riqueza nacional en Argentina viene del campo: soja, maíz, carne, vino. Estas exportaciones generan casi la mitad de los dólares que entran al país cada año. Pero esos dólares no siempre llegan a las ciudades, ni a los pequeños productores, ni a los trabajadores. Mientras el sector agroindustrial mueve millones, la industria local sigue debilitándose y muchos argentinos dependen de empleos informales o de remesas familiares. La PIB, la suma del valor de todos los bienes y servicios producidos en un año puede crecer, pero si la inflación se lleva el 100% de ese crecimiento, ¿de qué sirve? La riqueza nacional no es un promedio: es una realidad fragmentada. Unos pocos acumulan activos en el exterior, mientras otros ven cómo su salario pierde valor cada mes.
Y no podemos ignorar la desigualdad económica, la brecha entre quienes tienen mucho y quienes apenas tienen lo necesario. Argentina tiene una de las distribuciones de ingresos más desiguales de la región. Eso significa que la riqueza nacional está concentrada en manos de pocos. Unos pocos propietarios de tierras, empresas o divisas controlan el verdadero poder económico. Mientras tanto, la clase media se desmorona, y muchos jóvenes buscan salir del país porque no ven futuro aquí. No es que Argentina no tenga riqueza: es que no la sientes en tu bolsillo.
Lo que ves en los titulares —crecimiento, exportaciones, PIB per cápita— no te dice la historia completa. La riqueza nacional real se mide en lo que puedes comprar hoy, en si tu empleo es estable, en si tu hijo puede estudiar sin endeudarte. En esta colección de artículos, vas a encontrar respuestas claras: qué sectores realmente mueven la economía, por qué Argentina sigue siendo un país de ingresos altos en papel pero no en la vida diaria, y cómo las exportaciones y la desigualdad definen lo que realmente vale la pena en este país.
El país más rico del mundo no es Estados Unidos ni China, sino Noruega, gracias a su fondo soberano, estabilidad institucional y distribución equitativa de la riqueza. Argentina tiene potencial, pero necesita reformas estructurales para avanzar.